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Barullo en papel La entrevista

Pron: “La parte más interesante de mi vida son los libros que he escrito”

Patricio Pron se fue de Rosario con cuatro obras publicadas y en Europa logró construir una exitosa carrera literaria como narrador. Camaleónico y dúctil, huye de las repeticiones y asegura que lo que más teme es hacer un monumento de sí mismo. En un café cercano al Paraná, el reciente ganador del prestigioso premio Alfaguara se confesó ante Barullo.

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Barullo en papel En primera

Diario de un canillita

Entre paredes de chapas, cielorrasos de cielo y duchas de nubes, los canillitas cruzamos el tiempo junto a clientes y amigos unidos por un mismo amor, el periodismo gráfico. No existe comprador que no desnude sus pensamientos frente a nosotros. La misma persona que alguna vez fue incondicional al semanario Anteojito, adquirió revistas condicionadas mediante…

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Barullo en papel Crónicas

Un aventurero en la ruta de los sándwiches

Nuestro experto en gastronomía no se priva de nada a la hora del placer. Esta vez recorre tres espacios clásicos en Rosario a la hora de colocar la felicidad misma entre dos trozos de pan: Junior, Monreal y Gorostarzu. Un recorrido donde no falta ningún condimento.

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Barullo en papel Ensayo fotográfico

El lado B de una ciudad

Quise retratar a nuestra ciudad con estas técnicas para poder verla desde otra perspectiva. Quise salirme de las típicas fotos que vemos en los flyers, tarjetones o diversas gacetillas de la Municipalidad. Quise ver a Rosario desde el lado B, desde su lado más misterioso y estrambótico, quise verla a través de una caja negra.…

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Barullo en papel Son de acá

El rescate de un cronista rural

Facundo Marull (1915-94) es uno de los más recientes descubrimientos de la literatura rosarina. En el texto que aquí se publica, que apareció originalmente en la revista Status, la heterodoxa mirada de “Faqui” se vuelca sobre el paisaje del campo argentino.

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Barullo en papel Retratos

La hormiga inteligente

La ciclópea tarea de Alfredo Lovell en la Biblioteca Argentina, a donde lo llevó el mismísimo Juan Álvarez, ha adquirido visos de leyenda. Su nieta Victoria lo recuerda como un enamorado de la cultura. Y jamás le perdonó a Borges que no devolviera un libro.