Pablo Feldman es uno de los comunicadores más reconocidos de la ciudad. Su especialidad es la política pero sueña con comentar fútbol, una de sus pasiones junto con la familia. Polémico, valora el dinamismo de los más jóvenes pero siembra dudas en torno al alcance de su formación. Amante de su profesión como pocos, no piensa dejarla jamás, aunque aspira a dejar de levantarse a las seis de la mañana.
Autor: Edgardo Pérez Castillo
Periodista, guionista y trompetista criado en Rosario. Dediqué mi camino periodístico a la difusión de la cultura de esta ciudad durante 18 años como redactor y editor de Cultura en Rosario/12. Desde 2008 como productor y guionista en Señal Santa Fe. Y ahora, también, haciendo Barullo.
Hijo de artistas, se va haciendo camino en Buenos Aires. “Hago lo que sé hacer”, dice y repasa lo hecho el año pasado: llenó dos veces el teatro donde montó su obra “La violencia de la ternura”, entrevistó al presidente Alberto Fernández, a Jack Black y a Pepe Mujica, hace radio con Malena Pichot y televisión abierta.
Adquirió prestigio como periodista aunque su apuesta personal más fuerte es por la literatura, tanto en la ficción como en el poema. Rosarino hasta la médula, ama a su ciudad pero ha sabido encontrar un lugar propio en Buenos Aires. En extenso y hondo diálogo con Barullo, Reynaldo Sietecase contó: “La literatura me protegió”. Y en cierto momento, una confesión brotó espontánea: “¡Ojalá uno tuviese un editor en la vida!”.
Aunque la escritura estuvo siempre en su vida como un medio para contar historias, el destino fue moldeando un giro hacia la ficción que se erige alrededor de otra mujer: Silvana Aguirre, la oficial de policía que terminó de perfilarse como estrella protagónica de una saga con la reciente novela “Pobres corazones”, editada por Penguin Random House.
El gran saxofonista de la ciudad Rubén “Chivo” González –acaba de publicar un disco– revela que la memoria es un músculo que se ejercita selectivamente. “Yo siempre escuché jazz, me metí en ese túnel, que es un túnel muy, muy ancho”, dice el Chivo.
Prolífica, desprejuiciada, incansable, la escritora rosarina que hace años vive en Capital cuenta su experiencia, pone al placer como centro del oficio y habla del amor por la ciudad donde nació y en la que quiere ser sepultada. “Acá en Buenos Aires te pasa algo y no se te acerca nadie”, confiesa.