Hijo de artistas, se va haciendo camino en Buenos Aires. “Hago lo que sé hacer”, dice y repasa lo hecho el año pasado: llenó dos veces el teatro donde montó su obra “La violencia de la ternura”, entrevistó al presidente Alberto Fernández, a Jack Black y a Pepe Mujica, hace radio con Malena Pichot y televisión abierta.
Categoría: La entrevista
Detrás del fenómeno de la Trova Rosarina –de la que este año se cumplen 40 años de su surgimiento- hubo mucha gente. Uno de ellos fue el iluminador Fer Piedrabuena. Toda una vida dedicada al montaje de las luces de los pequeños y grandes escenarios, en Rosario y en Buenos Aires, y en el exterior, con Fito Páez, Juan Carlos Baglietto, Charly García y la Negra Sosa.
Adquirió prestigio como periodista aunque su apuesta personal más fuerte es por la literatura, tanto en la ficción como en el poema. Rosarino hasta la médula, ama a su ciudad pero ha sabido encontrar un lugar propio en Buenos Aires. En extenso y hondo diálogo con Barullo, Reynaldo Sietecase contó: “La literatura me protegió”. Y en cierto momento, una confesión brotó espontánea: “¡Ojalá uno tuviese un editor en la vida!”.
Aunque la escritura estuvo siempre en su vida como un medio para contar historias, el destino fue moldeando un giro hacia la ficción que se erige alrededor de otra mujer: Silvana Aguirre, la oficial de policía que terminó de perfilarse como estrella protagónica de una saga con la reciente novela “Pobres corazones”, editada por Penguin Random House.
La periodista mexicana Yazmín Ross conoció al Negro en un encuentro de historietistas realizado en el país azteca en 1981 y volvió a verlo en Buenos Aires, donde le hizo el reportaje –hasta aquí inédito– que presentamos en estas páginas. “En general busco que mis personajes sean graciosos y expresivos”, le dijo Fontanarrosa. A catorce años de su muerte, esa es la definición de un estilo que perdura, junto a otra frase clave: “Sin la palabra no sabría qué hacer”.
El gran saxofonista de la ciudad Rubén “Chivo” González –acaba de publicar un disco– revela que la memoria es un músculo que se ejercita selectivamente. “Yo siempre escuché jazz, me metí en ese túnel, que es un túnel muy, muy ancho”, dice el Chivo.