La cantautora Sandra Corizzo acaba de lanzar al ruedo de plataformas una hermosa canción que tituló Salvavidas y grabó junto a Dani Pérez. Es una canción de esas consideradas sutiles que obligan a prestar una esmerada atención a sus momentos y climas. Sobre una estructura de guitarras, teclado y bajo, la siempre rica y cadenciosa voz de Corizzo se desplaza sobre una melodía evocadora que no solo la muestra sin aditivos ni subterfugios, sino con una animada naturalidad, propia de los cantautores que despliegan en ese fluir su imaginario poético. Compositora, arregladora e intérprete de gran ductilidad, las influencias de la rosarina van desde el jazz y el soul hasta el folk y la variada rítmica brasileña. Y esa amplitud es la que le provee de recursos estilísticos para transmitir mejor ese estado de sinceridad que emana de buena parte de su música y de esta canción especialmente. Se imponen en Salvavidas una sensibilidad y cierta expansión que permiten identificarse con los sentimientos e ideas expresados en la letra, en una interpretación que intensifica las imágenes surgidas de esa poética. Es también una canción con una textura sonora que envuelve y potencia sus elementos esenciales –su estructura rítmica– y crece con cada nueva escucha. Simple y profunda, Salvavidas le canta a la pérdida del amor y a lo que puede conseguirse después, a esa pérdida que es, en realidad, un cambio de estado, donde el campo de pruebas vuelve a revitalizarse más allá de cualquier herida. “Fue mi mejor día cuando vi / que no me querías y seguí / me fui con mi vida sin saber / lo que había ganado por perder…”, dicen las estrofas de esta canción auspiciando un desplazamiento sentimental de eso que puede no funcionar pero no tiene por qué apagar ningún corazón encendido.
La producción artística musical fue de la propia Corizzo y Dani Pérez. El músico rosarino fue también quien tocó guitarras, teclados y bajos, e hizo la grabación, las mezclas y las programaciones. Daniel Ovie estuvo a cargo del masterizado y participaron la fotógrafa Andy Cherniavsky en el arte de portada y Romina Rota en el diseño de tapa.