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La forma inicial / Pablo Socolsky

Un disco de piano solo es algo especial. Y si se trata de jazz, o, como en el caso que nos ocupa, de un disco donde el color de ese jazz que se ejecuta es determinante, el escucha puede abandonarse al placer que deparan temas y texturas que se van entrelazando con gran vitalidad y buscando formas siempre abiertas que hacen que hasta los tiempos fuertes tengan un ritmo increíble. La forma inicial es un hermoso disco de solo piano de Pablo Socolsky, el primero de su carrera en esta modalidad. Ofrece una serie de improvisaciones propias y versiones de temas del baterista Paul Motian, el maravilloso Bird Song, con sus sorprendentes líneas melódicas –un tema que podría escucharse indefinidamente– y What Reason Could I Give, del saxofonista Ornette Coleman, perteneciente a su inmenso disco Science Fiction (1971), un tema que Socolsky recrea con frescura y libertad sin descuidar sus patrones melódicos. Los otros tracks conforman un collage sonoro donde se da una paridad de importancia entre las cuestiones armónicas y rítmicas a partir de ciertos vuelos de formas abiertas surgidas de la improvisación. Si hubiera que definir el sonido de este disco, podría decirse que, sobre otras singularidades, es cálido y brillante, probablemente debido a una madurez interpretativa de Socolsky y, aquí y ahora, a una notable compenetración con la que el pianista se hace dueño de un fraseo para conseguir un sonido propio.

Cuando suena La forma inicial, el track que da nombre al disco, se cae en la sensación de moverse en un infinito, pero esa percepción se desvanece unos segundos después y eso crea un clima de ampliada fluidez que abre ramificaciones en cada nueva escucha. El título del disco es deudor de la apropiación que hace Socolsky de textos de Ricardo Piglia, justamente de La forma inicial. Conversaciones en Princeton, un libro de ensayos, conversaciones y entrevistas donde el autor de Respiración artificial sostiene que la “forma inicial” es para él “la conversación”. Buena parte de ese espíritu campea sobre este primer material solista de Socolsky; hay una intención de “conversar” musicalmente con quien escucha, es un disco que contagia desde esas notas  que parecen veladas pero, al mismo tiempo, son armoniosamente tensas, un transparente remedo de los distintos tonos de una “conversación”. Simplemente nunca sueltes el hilo y Cercanía son bellísimos ejemplos de esto último. Editado por BlueArt, de pegadora tapa con un detalle de una acuarela de Verónica Sendra, diseño de Mariano Suárez y Germán Arese, y postulado como mejor álbum de jazz a los Premios Gardel 2021, La forma inicial resulta un magnífico trabajo sobre lo rítmico y sobre la exploración de frondosos timbres desde el piano. Un disco especial.

Quién pudiera

fotograma de la serie Quién pudiera
Serie web Quién pudiera

Desde marzo de 2020 puede verse por streaming en www.quienpudiera.com y en Youtube buscándola como Quién pudiera serie web, una propuesta que aborda en marcado tono de comedia las problemáticas de la comunidad rosarina de disidencias a partir de dos amigas, Memé y Mariana, una lesbiana y otra bisexual, y una tercera chica del palo, Sofía, que viven diferentes situaciones relacionadas con su lugar social y con todo lo que implica abrirse un camino de reconocimiento hacia sus identidades sin que primen los prejuicios en los distintos ámbitos –muy heteronormados– en los que se mueven, pero también haciendo pie en algunos de los clichés que caracterizan a los grupos LGBTIQ. En diez episodios de quince minutos cada uno, sin eufemismos y con toda la jerga servida, estas chicas discurren sobre cuestiones que van desde las teorías acerca de lo que significa ser “torta”, el verdadero sentido de la militancia feminista y las miradas sobre el aborto, hasta los contrasentidos que se manifiestan en el universo cis-heterosexual y, por supuesto, el fútbol femenino, al que sitúan como el espacio propicio donde los equipos son rivales pero no tanto.

Con evidente frescura para evidenciar que las disidencias tienen un lugar bajo el sol como cualquier mortal, en buena parte de los capítulos suele dirimirse alguna escaramuza amorosa con idas y vueltas; a veces potenciadas por escenas deudoras del slapstick, por el carácter ingenuo de cierta violencia, pero en general apoyadas en resoluciones más propias de ciertos recursos de las sitcoms. Grabada en una paleta de colores estridentes, en planos rápidos y con diálogos incisivos, Quién pudiera resulta un buen pasaje para visibilizar realidades de las disidencias a través del humor y el equívoco. La directora de la serie es Josefina Baridón, quien la escribió junto a Morena Pardo. Maru Lorenzo, Lara Todeschini y Estefanía Nicoló componen los roles principales.

Linterna mágica

No es fácil encontrar, al menos en el espectro radial local, un programa que reúna y potencie con tanto cuidado y entusiasmo los por momentos inaprensibles universos –por su vastedad– del cine y la historieta. Dos mundos paralelos que se han cruzado infinidad de veces pero que cada uno por su lado hacen vibrar a generación tras generación desde hace más de un siglo. Acá en la ciudad existe uno y, justamente, con ya casi quince años en el aire sigue seduciendo, por ejemplo, a padres y a hijos –algunos más pequeños pero ya interesados–, con su oferta de temáticas relacionadas con esas dos expresiones y con una banda sonora que no le va a la zaga. Se llama Linterna mágica: cine, historietas & radio y el secreto de su llegada parece residir en su formato, esto es en el modo en que se transmiten los avatares surgidos de las historias y relatos que tendrán lugar en cada emisión. Porque en el programa que conduce Leandro Arteaga junto a un equipo integrado por Gustavo Milano, Esteban Tolj, Diego Fiorucci y Manuel Bendersky –participaron otros en diferentes etapas– se cuenta, se polemiza con humor y sarcasmo, con fina ironía y encendidos argumentos sobre el palpitar del cine y su hermanita menor, la tan incomprendida –para las artes serias– como festejada historieta. Charlan los miembros de la mesa en el estudio y, a su modo, también lo hacen con la audiencia mediante consignas que invitan a rememorar cuestiones clave de las películas: sus géneros, sus clasicismos y vanguardias, sus osadías y perezas, todo aquello que representó un momento –una escena, una secuencia– imborrable.

Arteaga instrumenta cálidas y certeras entrevistas a realizadores argentinos cuando alguno de sus títulos tiene estreno en la ciudad, lo que permite ese diálogo rico en intercambios que no suele darse en la prensa gráfica. Con dos expertos dibujantes y conocedores a fondo de esa práctica, Esteban Tolj y Diego Fiorucci –este último también animador– el cómic late con siluetas propias a través de la verba de otros colegas o de calurosas descripciones de una saga. Todo en un envase descontracturado, ameno, oportuno como deviene el clima en un encuentro de amigos a los que mueve una pasión.

Desde 2006, Linterna mágica: cine, historietas & radio puede escucharse entre las 21 y las 23 por Radio Universidad. “El programa es una mesa de diálogo para compartir el cine. Lo hablamos y decimos a veces como un ejercicio de asociaciones libres, otras desde la cinefilia, también a partir de anécdotas y experiencias. Cuando no estábamos en pandemia, el programa de alguna manera continuaba en el bar de la esquina, ya es parte del ADN de quienes lo hacemos”, asegura Arteaga.

Aviso de Linterna mágica
Programa radial Linterna mágica

Publicado en la ed. impresa #14

Por Juan Aguzzi

Editor del diario El Ciudadano, periodista cultural, coautor de La Rosa Trovarina, libro sobre la historia de la Trova Rosarina. Escritura y cine, escritura y música y escritura y un sándwich de queso, con eso digo presente todos los días.

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