Por Guido Martínez Carbonell
Con la cara lavada
el mundo recién
comienza,
y te nace una luz
de muy dentro,
luz de manzana,
de sabor a mar,
o a luna en
cuarto creciente.
Con la cara
lavada los espejos
del lunes te dan
su mejor beso,
transcurren
tan tiernas
las horas que
el sentido común
palidece,
los libros corren
a tus manos,
se encienden
hogares en las
montañas,
porque a ese
rostro lavado
las distancias
no llegan,
sales al shopping
y extraños
te saludan,
por las calles
vecinos te festejan,
escuchas madrugar
los pájaros,
el primer canto
del gallo, el silbato
del tren a las 6
de la mañana.
Muy cerca
de todo vas feliz
con la cara lavada,
salpicada de
flores, con la piel
de la vida
recién descubierta.
(De Yo no titulo, Homo Sapiens, 2023)
“Martínez Carbonell tiene la capacidad de retratar la cotidianidad con honda ternura, poniendo de relieve aquellos rasgos de lo real que por su repetida presencia en nuestra vida parecen haber perdido su brillo genuino, que al cabo es lo único que termina por salvarnos”, dijo Sebastián Riestra en La Capital.