El Museo de la Ciudad de Rosario se ubica en el corazón del parque Independencia en una casona antigua en la que funcionaba la administración de Parques y Paseos Municipal y la Escuela de Aprendices de Jardinería. El museo se llama “Wladimir Mikielievich” en honor a uno de los más importantes historiadores que ha tenido nuestra ciudad y que ha archivado la historia rosarina en documentos que hoy se encuentran en nuestras colecciones. Este año cumplimos cuatro décadas de trabajo al servicio de la comunidad en pos de recuperar, fortalecer y poner en valor la historia y la identidad de los/as rosarinos/as.
En esta institución trabajamos con el objetivo de convertirnos en un Museo Abierto, un espacio público en el que se habilita la voz de los visitantes desde perspectivas accesibles, inclusivas, participativas y plurales. Un museo para y con las y los visitantes. Partimos de la necesidad de convertirnos en un espacio de reflexión colectiva y compromiso social, en donde la reciprocidad entre comunidad y territorio sean los pilares fundamentales sobre los que se construya nuestro trabajo. Es decir, pensamos transformarnos desde un lugar eminentemente cultural a uno social, de apropiación.
Como abordar la historia local es nuestro principal desafío, es por esto que partimos de problemáticas actuales -transversales a la ciudad- a partir de las cuales podamos ensayar posibles preguntas a nuestro pasado que nos arrojen algún tipo de análisis que no necesariamente será una única respuesta. La idea es que nuestros visitantes encuentren y reconozcan esas problemáticas como parte de su vida cotidiana.
En todos nuestros trabajos intentamos sostener esta lógica. La exposición Obreras, que nos acercó a la vida de las mujeres invisibilizadas en el frigorífico Swift, se convirtió en el disparador para trabajar la historia en el sur de Rosario en el “Saladillo”; o una experiencia más reciente como la del Mapeo Colectivo del barrio Rucci que se propuso -a partir del trabajo conjunto con los vecinos– abordar la historia de los lugares más significativos, tomando el paso de San Martín como uno de los hitos más importantes de la historia del lugar y poco conocido por el resto de la ciudad. En el mismo sentido, el trabajo con el conversatorio El lejano Oeste Explorado, donde abordamos, en conjunto con la Biblioteca Estrada y los historiadores barriales, la zona oeste y barrio Echesortu. O el trabajo conjunto que realizamos con barrio Martin y la comunidad educativa del ex Nacional Nº1, en pos de poner en valor y recuperar el archivo que tiene la institución y del que seguramente seguiremos hablando por la importancia de los documentos que conserva, recordando que la escuela fue fundada en 1874.
En estos espacios de encuentro se propicia la construcción colectiva por parte de diferentes actores como historiadores barriales y académicos, referentes, pero fundamentalmente por parte de los vecinos, que son los que viven, transitan y quieren la historia de su barrio como nadie más. El rol del museo sería acompañar y poner en valor esas historias para hacerlas visibles y accesibles a toda la ciudadanía.
Las problemáticas abordadas se sitúan en un lugar y tiempo determinados y, a partir de ello, se vinculan a la par con su territorio más cercano y con su comunidad barrial. Abordar el contexto implica analizar lo que estamos viviendo, y es por esto que a lo largo del 2020 construimos un archivo con toda la ciudad de Rosario que se llama “Registro de pandemia” y que seguramente tendrá una valoración significativa para las futuras generaciones, para entender algo de lo que seguimos transitando con la Covid-19. Registrar el presente y convertirlo en archivo habla de no solo buscar respuestas en el pasado, sino entender al museo como un lugar dinámico y de transformación social.

Recuperar, visibilizar y poner en valor la historia en una ciudad como Rosario es una tarea que seguramente nunca termine, pero de la cual descubrimos nuevas capas de sentidos que nos acercan a las distintas comunidades locales. No trabajamos solamente en los/as que vienen al museo, sino que nos ocupamos también y fundamentalmente a través de distintos programas de los que no vienen. Entendemos que el museo es de toda la ciudad, es así como lo ubicamos en toda la ciudad sin necesidad de que nuestro edificio sea un impedimento para vincularnos. Hoy el museo no se encuentra solo en su edificio, sino donde exista una historia que contar y que nos permita fortalecer nuestra identidad como rosarinos/as. Trabajar con la ciudad implica que este año, nuestro cumpleaños, sea una celebración en toda Rosario y en eso ya estamos trabajando como un #museoabierto.
Publicado en la ed. impresa #13