Y entonces cuando bajé del taxi en la exRural se me llenaron los ojos de lágrimas. Me acordé de cuando llegamos a ver a Charly García desde Cañada de Gómez con los pibes con la esperanza de que nuestras vidas cambiaran para siempre, y pasé por el pasillo donde estaban los camarines donde Bazterrica me hizo firmar el cassette de Peperina por Charly y me fui contento. Mientras esperaba mi turno me escuché el disco nuevo de los Killer que estamos terminando en momentos espantosos. Hoy me fui con otra firma, la firma de la vacuna, porque para algunos una firma también es la esperanza que necesitamos para honrar a los que no llegaron, a los que la pasaron mal, a los que no van a llegar, y agradecer mucho a Charly por el camino que nos dio aquella vez y a todes los que laburan mucho para que esto de la vacuna sea una cuestión de esperanza y fe también.
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Publicado en la ed. impresa #15